27 sept 2016

LA MEJOR ÉPOCA DEL AÑO PARA VIAJAR A LA ANTÁRTIDA



La vida silvestre antártica es muy activa durante el verano austral. La belleza y aislamiento de sus paisajes montañosos encubre la frenética actividad de las colonias de aves y mamíferos que se encuentran en la costa. El verano alcanza primero a las Islas Shetland del Sur y se extiende hacia el sur, a lo largo de la Península Antártica. A medida que la temporada antártica progresa, desde la primavera al otoño, la Península Antártica y las islas a su alrededor cambian su apariencia en cada una de las estaciones, ofreciendo variados paisajes y diferentes posibilidades al visitante.


Noviembre - Diciembre (primavera – comienzos del verano)
Después de la oscuridad invernal, la primavera llega a la Antártida y el sol causa una explosión en el crecimiento de fitoplancton en áreas de afluentes minerales. El fitoplancton provee de alimento a las astronómicas cantidades de zooplancton, incluyendo al krill. El krill es la base de la cadena alimenticia de calamares y peces, como así también de aves, focas, lobos y elefantes marinos y ballenas, que se congregan en las aguas cercanas al continente para alimentarse y reproducirse.
Las focas cangrejeras nacen entre septiembre y noviembre.
Los elefantes marinos protegen agresivamente sus harenes hasta diciembre.
Las primeras grandes ballenas llegan a la Antártida para alimentarse, entre ellas la ballena jorobada, Minke y la ballena franca austral.
Impresionante despliegue del cortejo de los pingüinos, armando sus nidos, robando piedras y el famoso “sky pointing”.
Pingüinos, petreles y cormoranes comienzan a empollar en noviembre.
Los pichones de los pingüinos comienzan a nacer a finales de diciembre en las Islas Shetland del Sur.
Los científicos que han pasado el invierno en las estaciones científicas reciben a los primeros visitantes de la temporada.
Los largos días de Diciembre hacen que haya luz solar por más tiempo. ¡Las fotografías pueden ser tomadas a medianoche!
Remanentes del mar congelado ofrece una espectacular navegación a través del hielo marino, pudiendo observar diferentes tipos de focas sobre los planchones de hielo.

 Enero - Febrero (verano)
En los meses más cálidos de la Antártida, la vida silvestre tiene una incesante actividad. La mayoría de los pichones de pingüinos salieron ya de sus huevos en enero, primero en las Islas Shetland del Sur y más tarde al sur de la península. Esta frenética actividad de las colonias continúa en febrero, cuando los jóvenes van creciendo y comienzan a juntarse en las guarderías.
Las crías de los lobos marinos y de las focas leopardo pueden ser vistas.
La oportunidad de observar ballenas es ideal en febrero.
Las colonias de pingüinos están en el momento de mayor actividad, obteniendo krill para alimentar a las crías.
En febrero el retroceso del hielo permite explorar la Península Antártica cada vez más hacia el sur.
Aumenta la concentración de lobos marinos de dos pelos.


Marzo (otoño)
La oscuridad nocturna comienza, a medida que el sol se esconde más allá del horizonte austral. Las temperaturas son aún sobre cero aunque podremos experimentar un poco del invierno antártico con sus noches heladas, creando bellas figuras con delgadas capas de hielo sobre la superficie del mar. La cobertura de la nieve es mínima, permitiendo fáciles y extensas caminatas en las Islas Shetland del Sur.
Las crías de los pingüinos están en su etapa adolescente y son muy curiosos acerca de sus visitantes.
Los pingüinos adultos cambian su plumaje y los jóvenes se van al mar.
El retroceso del hielo permite explorar, cada vez más al sur, la Península Antártica.
Espectaculares algas verdes y rosas crecen sobre laderas nevadas y en los precipicios de hielo.
La oportunidad de ver ballenas es todavía muy buena.


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