23 sept 2016

BHUTÁN, el último Shangri-La




 Existe un sitio en la tierra que incluso los más experimentados viajeros consideran un privilegio visitar. Y aunque ha sido votado como uno de los mejores destinos de viaje muy pocos lo consiguen. Esto es Drukyul, Bután. La Tierra del Dragón Relámpago. No encontrará en la actualidad un destino de viaje tan fascinante.

 Asentado en lo alto de la imponente cordillera Himalaya, el reino de Bután se resiste a globalizarse preferiendo mantener su paraíso oculto. Bután está marcado por su salvaje belleza natural donde la profundidad de su follaje cambia drásticamente a medida que sus junglas subtropicales a nivel del mar se funden con las zonas de temperatura fértil y se elevan a los imponentes glaciares del norte. Su entorno mantiene el hábitat de exótica fauna y es el último refugio para especies en extinción como son la grulla cuellinegra, la cabra azul, el langur de cabeza dorada, incluso el tigre de bengala.

 Bután es el último bastión del Budismo Vajrayana. Los sagrados monasterios que cuelgan precarios sobre escarpados precipicios, el ondeo de las banderas de rezo que alinean las más altas cumbres, los monjes en sus rojas togas entonando sus cánticos día y de noche dotan a este reino de un aura de tiempos pasados. No es sorprendente que el principal objetivo de la vida para los butaneses sea la felicidad.

 Las rutas de trekking y senderismo por Bután y el Himalaya son unas de las más escogidas por los amantes de la montaña.




El pequeño reino de Bhután se encuentra entre China e In­dia, en el Himalaya Oriental. El País del Dragón” nos ofrece una cultura original con el budismo que impregna todo lo cotidiano. Este Shangri-la ha permanecido aislado durante siglos y hace relativamente poco tiempo que se abrió a los extranjeros, pero en cierta manera sigue pasando desaper­cibido para la mayor parte de la gente. A pesar de abrir un aeropuerto en la región de Paro sigue siendo uno de los países menos conocidos, y sin embargo, con más encanto debido a su cultura original muy influenciada por el budismo tántrico. Los paisajes de montaña son espectaculares y están salpicados de Dzongs (fortalezas – monasterio) y de bande­ras de oración multicolores. Bhután sigue siendo un viaje en el tiempo a un reino que valora la “Felicidad Interior Bruta” y donde no hay semáforos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario