5 may 2020

LA FOCA LEOPARDO, EL CAZADOR DE LA ANTÁRTIDA


La foca leopardo o leopardo marino (Hydrurga leptonyx) es la segunda especie de foca más grande del Antártico. Es reconocida habitualmente por ser un animal agresivo, solitario y el principal depredador del pingüino emperador. La parte ventral de su cuello es blanquecina con puntos negros que le dan el nombre y que se extienden por el pecho. Sus sentidos de la vista y el olfato están muy desarrollados, lo que se une su forma hidrodinámica, para convertir esta especie en un depredador terrible.

Su impresionante cabeza hace fácil diferenciar del resto de las focas ya que tiene forma alargada y una boca enorme. Las poderosísimas mandíbulas pueden abrirse en un ángulo de hasta 160º lo que le permite morder presas muy grandes. La foca leopardo tiene dientes puntiagudos y caninos largos y curvados hacia atrás, rasgos ambos bien adaptados para sujetar firmemente a su presa. Los molares que también son afilados, pueden engranar entre sí, lo que le permite filtrar krill del agua del mar. A diferencia de sus parientes terrestres, la foca leopardo no tiene muelas carniceras, lo que significa que sus dientes no encajan muy bien entre sí de una manera que le permita cortar limpiamente la carne.



Es especialmente común en el hemisferio sur en las aguas frías y a lo largo de la costa de la Antártida y la mayoría de islas subantárticas, pero también se la puede encontrar en las costas del sur de Australia, Tasmania, Sudáfrica, Nueva Zelanda, la isla de Lord Howe, la Tierra del Fuego, las islas Cook y la costa atlántica de Sudamérica.

A diferencia de otros focas que paren en colonias, la leopardo lo hace sola.





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