Es Figueral
Situada al norte
de la isla y protegida por acantilados rocosos, se encuentra una de las playas
más bonitas de la zona. El enclave es todo un regalo para los submarinistas,
así como a aquellos aficionados al paddle surf, a la vela o al windsurf.
Para aquellos que
les guste caminar, un sendero costero lleva hasta la playa nudista de Aigües
Blanques. Aquí es típico darse baños de barro natural.
Cala Llonga
Esta playa de
Santa Eulària forma parte de una zona turística y residencial muy familiar, por
lo que es ideal para acudir con niños. Sus aguas son limpias y poco profundas.
Cuenta con servicio de alquiler de hamacas y sombrillas, parking, restaurantes
y una zona de juegos para los más pequeños. También es común la practica de
deportes acuáticos como vela ligera, kayak y paddle surf.
Ses Figueretes
Su arena blanca y
fina, sus suaves pendientes y su privilegiada situación –protegida de los
vientos al ser una bahía cerrada– convierten a esta playa urbana de Ibiza
capital en la opción ideal si se va con niños. Cuenta con todo tipo de
instalaciones (alquiler de hamacas y sombrillas, duchas, restaurantes, bares y
tiendas) y se dan las mejores condiciones meteorológicas para practicar paddle
surf y kayak. Además, cuenta con espléndidas vistas al casco histórico de Ibiza
(Dalt Vila), declarado Patrimonio de la Humanidad.
Por la noche su
paseo marítimo ofrece una oferta de ocio que abarca desde un mercadillo hippy
–en verano– a restaurantes donde disfrutar de una agradable velada al aire
libre.
Playa d'en Bossa
Playa d'en Bossa
Esta extensa
playa de casi tres kilómetros de largo es una de las más animadas y míticas de
Ibiza. Situada en los municipios de Sant Joan (San José) –la mayoría– e Ibiza,
está plagada de chiringuitos, beach clubs con música en vivo y discotecas que
proponen diversión hasta el amanecer. Entre su amplia oferta de ocio destacan
las discotecas Ushuaïa o Hï Ibiza y algunos de los beach clubs más conocidos
como Bora Bora.
Además de ser el
destino favorito de los más jóvenes por su animado ambiente, esta playa también
cuenta con tramos más tranquilos, ideales para pasar una jornada de playa en
familia.
Playa d'en Bossa
también ofrece infinidad de opciones para bucear, practicar kitesurf, windsurf
y paddle surf o alquilar una moto de agua o un catamarán.
Desde Playa d'en
Bossa salen ferries a la vecina isla de Formentera –diariamente de abril a
finales de octubre– y excursiones a Es Vedrà todos los domingos –de junio a
principios de septiembre–. También desde el muelle parten los famosos ‘boat
parties’ (barcos-fiesta), que zarpan aproximadamente a partir de la 13:00,
dependiendo de la empresa. Estas fiestas en medio del mar se celebran desde
finales de abril hasta finales de septiembre.
Ses Salines
Es una de las
playas más bonitas y concurridas de Ibiza. Este espectacular arenal de
kilómetro y medio forma parte del Parque Natural de Ses Salines, en el extremo
sur de la isla, con vistas a Formentera. Sus aguas son de escasa profundidad,
así que es muy aconsejable para familias con niños. Además, gracias a las
ondulaciones del terreno se crean charcos de agua que la marea mantiene
impolutos.
Ses Salines es
también una de las playas preferidas de los famosos, por eso aquí es posible
encontrar gran variedad de bares y chiringuitos exclusivos. Fuera de la
temporada turística es perfecta para pasear.
En las
inmediaciones de esta playa hay pequeñas calas menos concurridas –incluso en
verano– a las que se puede llegar caminando a lo largo de la costa rocosa.
Sa Caleta
Vecina de Cala
Jondal y protegida por acantilados de tierra rojiza, es una gran alternativa
para los viajeros que buscan relax. También conocida como Es Bou Nou, esta cala
de 100 metros de largo conserva su perfil virgen pese a que es muy frecuentada
por las familias con niños. Sus aguas cristalinas y poco profundas son idóneas
para practicar snorkel.
Desde esta playa
se puede visitar las ruinas del primer asentamiento fenicio en Ibiza (654
a.C.). Existen paneles informativos que cuentan la historia de este poblado
declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Cala Jondal
Al sur de la isla
(cerca de Ibiza capital y Sant Josep) se encuentra esta cala donde se respira
tranquilidad a primera hora del día. Mar de color turquesa, viento suave y un
paisaje de pinos y acantilados son algunos de sus mayores reclamos. Al caer la
tarde se anima más todavía gracias a los beach clubs y los típicos chiringuitos
ibicencos. La fiesta dura hasta bien entrada la madrugada.
Es también una de
las calas favoritas de los yates (y súper yates) de recreo. Dispone de servicio
de alquiler de hamacas y sombrillas, duchas y socorristas.
No es una playa
de arena sino de cantos rodados, no obstante hay pasarelas de madera para
evitar las piedras y facilitar la entrada al agua.
Cala d' Hort
Salpicada de
acantilados rodeados de pinos, esta playa es un ‘must’ para cualquier viajero.
La comunidad hippy que se instaló aquí en los 60 la bautizó como Atlantis y la
convirtió en un lugar prácticamente místico.
Situada a 11
kilómetros de Saint Josep de sa Talia, se ha convertido en uno de los lugares
preferidos por los buceadores. Otro de sus principales atractivos es el
misterioso e imponente islote de Es Vedrà (382 metros), que se levanta frente a
la costa. Alrededor de la playa hay restaurantes especializados en platos de
pescado y marisco.
Cala Gració
Esta cala, al
norte de Sant Antoni, es una excelente opción para las familias con niños. Su
fina arena, su leve oleaje y el color turquesa de sus aguas invitan a pasear,
bañarse, tomar el sol y explorar sus fondos marinos. Arropada por frondosa
vegetación que protege del sol a sus bañistas, aquí se pueden alquilar hamacas
y sombrillas y dispone de duchas, socorristas y bares.
Caminando unos
minutos por la costa, aparece Cala Gracioneta, de características muy parecidas
a su vecina, pero algo más pequeña. Aquí se encuentra el acogedor y famoso bar
de playa El Chiringuito.
Cala Salada
Cualquiera de las
dos calas que forman esta playa –Cala Salada y Cala Saladeta– son perfectas
para aquellos que busquen descanso en Sant Antoni de Portmany. Su oleaje
tranquilo, sus 200 metros de longitud y su fina arena hacen que Cala Salada sea
un enclave ideal para ir con niños. Es, además, el lugar elegido por los
aficionados al snorkel para inspeccionar su fondo marino gracias a sus aguas
poco profundas.
Dispone de
alquiler de hamacas y sombrillas y de todos los servicios necesarios para
disfrutar de una jornada de playa, parking incluido.
Para quienes
busquen algo más tranquilo, a unos minutos andando está su hermana pequeña:
Cala Saladeta. Una playa paradisíaca de 75 metros de longitud y 20 metros de
anchura.
Se puede ampliar
la visita a la zona con una parada en Sa cova des Vi. Situada en una abrupta
zona de acantilados, esta cueva cuenta con una pequeña colección de pinturas
rupestres de la Edad del Bronce, las únicas descubiertas en Ibiza.