1. BUSCAR EL ESPÍRITU ZEN EN
TEMPLOS MILENARIOS Y SANTUARIOS
Espectaculares templos
budistas y majestuosos santuarios sintoístas revelan la rica historia
espiritual de Japón. Por ejemplo, Kioto es conocida como la ‘ciudad de los
2.000 templos’. Entre los más visitados del país destacan el templo
de Senso-ji (el más antiguo de Tokio), que recibe anualmente más de
20 millones de visitas, el santuario Meiji-jingu (Tokio), el templo
de Hase-dera (Kamakura), el de Kiyomizu-dera (Kioto) y el
templo Todai-ji (Nara).
2. PROBAR EL MEJOR SUSHI Y
DESCUBRIR QUE LA GASTRONOMÍA NIPONA ES MUCHO MÁS
La enorme cultura
gastronómica de Japón ofrece variados estilos de cocina. En la ciudad
de Sapporo (se consigue el auténtico sabor de la sopa ramen, mientras
que Osaka e Hiroshima son famosas por el ‘okonomiyaki’, una especie
de tortilla rellena. Fideos ‘soba’ o ‘udon’, carne de Kobe, ‘gyozas’
(empanadillas) o ‘yakitori’ (brochetas) son algunas de las delicias que brindan
locales que van desde las izakayas (tabernas) hasta restaurantes de autor en
Tokio, la ciudad con más estrellas Michelin del mundo.
3. ADENTRARSE EN EL REINO DEL
ANIME Y EL MANGA
Dentro de las
subculturas pop de Japón, el manga y el anime ocupan los puestos de honor. Los
personajes más famosos de estas singulares artes aguardan a los visitantes en
el Centro Anime, situado en Akihabara, la zona más ‘geek’ de Tokio y en
el Museo Internacional del Manga (Kioto). En Osaka el ambiente
retrofuturista invade las calles repletas de otakus (aficionados a los mangas)
en Den Den Town, su barrio tecnológico. Los más futuristas disfrutarán con
la demostración de ASIMO, el robot humanoide de Honda en el Museo Nacional de
Ciencia Emergente e Innovación (Tokio).
4. CONOCER LA CULTURA KAWAII
La locura japonesa por
lo más mono o tierno (kawaii) se ha transformado en un fenómeno con miles de
fans. Concursos nacionales de mascotas, grupos musicales y hasta un parque
temático, Sanrio Puroland, dedicado a Hello Kitty. En Tokio se puede disfrutar
en barrios como Shibuya, que además de estar repleto de chicas kawaii,
alberga el cruce peatonal más transitado del mundo. En el barrio
de Harajuku, tiendas de diseñadores emergentes comparten protagonismo con
restaurantes y cafés temáticos. Una de sus calles más concurridas y famosas es
Takeshita Street.
5. ASOMARSE A LA NATURALEZA
Más del 70 % del
territorio del país nipón es montañoso, por lo que la visita a bosques y
montañas es inevitable. Los parques nacionales de Japón, 29 en total, cubren
una amplia gama de paisajes. El parque nacional de Fuji-Hakone-Izu es uno de
los más conocidos, ya que allí se encuentra el famoso monte Fuji. La
variedad de espacios naturales incluye el célebre bosque de bambú de Arashiyama (Kioto)
o el santuario de Itsukushima, construido parcialmente sobre el mar en la
isla de Miyajima.
6. RELAJARSE EN UN ONSEN
Los baños de aguas
termales de origen volcánico, conocidos como onsen, son muy populares en Japón
(hay más de 3.000). Cada región suele tener su zona de aguas termales. Las más
famosas se encuentran en la región de Hakone, a 100 kilómetros de Tokio.
Allí se puede disfrutar de las aguas termales de las casas de baño, públicos o
incluidos en un ‘ryokan’ (los tradicionales hoteles japoneses). Una experiencia
altamente recomendable para cualquier visitante, ya que además ayuda a mejorar
la circulación sanguínea y a exfoliar la piel.
7. RECIBIR UNA LECCIÓN DE
HISTORIA EN HIROSHIMA
La ciudad de Hiroshima,
tristemente conocida por la devastación que causó la bomba atómica lanzada por
el ejército estadounidense el 6 de agosto de 1945, acoge el Parque
Memorial de la Paz. Con más de 120.000 metros cuadrados, este recinto se ha
convertido en el punto más emblemático de la ciudad. Cuenta con el famoso
edificio conocido como Cúpula Genbaku (o Cúpula de la bomba A), declarado
Patrimonio de la Humanidad, una de las pocas estructuras que permanecieron en
pie tras el ataque.
8. CONTEMPLAR CÓMO ESTALLA LA
PRIMAVERA
En Japón, el comienzo
de la primavera se celebra con el ‘hanami’, que significa, literalmente,
observar las flores. Una tradición anual e inalterada desde la era Nara
(710-794) donde los japoneses acuden a parques y jardines para admirar las
flores de los cerezos (‘sakura’). Algunos de los ‘sakura’ más famosos para
visitar son el parque Maruyama (Kioto), con su inmenso cerezo llorón,
el parque Ueno (Tokio) y el monte Yoshino (Nara).
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