1. Canopy y puentes colgantes
en plena naturaleza
El sistema
creado por los costarricenses para sentir que vuelan entre árboles, el canopy,
puede practicarse en la cordillera montañosa de Tilarán, concretamente en el
bosque nuboso del Monteverde, donde habitan más de 400 especies de aves.
También en Ciudad Quesada, San Mateo, San Román, y en las inmediaciones del río
Pacuare o del volcán Poás. En el Valle Central (cantón de Turrubares) y en La Fortuna
de San Carlos existen tirolinas (o tirolesas) con cables de un kilómetro de
largo. Otros senderos de altura son los puentes colgantes, que facilitan el
acceso a lugares como los alrededores del volcán Arenal. Una infraestructura de
aluminio y acero que permite hacer tours para observar las aves de la zona.
2. Rafting, kayak y tubbing:
abarcar los ríos
El rafting,
cuya popularidad ha crecido desde la década de los 70, requiere remeros, guía y
trabajo en equipo. En Costa Rica hay ríos para todos los niveles: Reventazón,
Sarapiquí y Savegre para principiantes; Pacuare, un viaje largo por todo el
país; Naranjo y Tenorio, ríos salvajes en los que se requiere algo de
experiencia; Peñas Blancas, Corobicí y sección de Sarapiquí-Chilamate para
viajes en familia, o el río General para excursiones de tres días. Costa Rica
ha sido sede del Mundial de Rafting.
El kayak, que
se utiliza para la travesía en aguas blancas, contempla las modalidades de
descenso y slalom, y la de aguas bravas cuando la fuerza del caudal así lo
marca. Los mejores lugares para practicar esta modalidad en Costa Rica son
Sarapaquí, Peñas Blancas, Reventazón, Pacuare, Naranjo, Savegre y General.
El tubbing, por
su parte, puede practicarse en río, lago o mar. Esta modalidad tiene su origen
en los neumáticos hinchados que los niños utilizaban para divertirse en ríos
como el Pacuare. Costa Rica fue el primer país en bajar ríos de manera
comercial con esta modalidad, que fue expandido y popularizado en otros países.
Se inició en las faldas del volcán Rincón de la Vieja.
3. Canyoning
El rappel
–descenso por paredes de roca con cuerda de seguridad– también puede hacerse en
cascadas y Costa Rica sabe mucho de caídas de agua. Existen rutas con guías
para todo tipo de niveles. El bosque nuboso de Monteverde y Turrialba son los
lugares más conocidos del país para practicar esta actividad. Desde el pueblo
de Santa Elena se organizan rutas guiadas para quienes quieran aventurarse con
el barranquismo.
4. Surf, buceo y SUP para
disfrutar del mar
Costa Rica es
uno de los países más afamados para la práctica del surf por el fácil acceso y
por la variedad de condiciones y niveles. Las zonas para surfear se dividen en
Caribe, y costas norte, central y sur del Pacífico. En el Caribe, una de las
playas más visitadas por los surfistas es Puerto Viejo, conocida como “Salsa
Brava” por sus olas y sus tubos. Los surfistas menos experimentados pueden
dirigirse a Manzanillo. Buena parte de las localizaciones del Pacífico se
concentran en Guanacaste, al noroeste, con playas como Potrero Grande, Playa
Negra, Roca Bruja, Hermosa y Santa Teresa.
El clima tropical de Costa Rica y sus bellezas submarinas convierten a este país en meca de los buceadores. En el Pacífico Sur, el lugar más representativo es la Reserva Biológica Isla del Caño, un ecosistema marino inigualable. Aquí también se pueden explorar las islas Tres Hermanas y el Parque Nacional Marino Ballena. En la zona del Caribe Sur hay aguas poco exploradas con formaciones coralinas protegidas como las del Refugio de vida Silvestre Gandoca Manzanillo y el Parque Nacional Cahuita.
El clima tropical de Costa Rica y sus bellezas submarinas convierten a este país en meca de los buceadores. En el Pacífico Sur, el lugar más representativo es la Reserva Biológica Isla del Caño, un ecosistema marino inigualable. Aquí también se pueden explorar las islas Tres Hermanas y el Parque Nacional Marino Ballena. En la zona del Caribe Sur hay aguas poco exploradas con formaciones coralinas protegidas como las del Refugio de vida Silvestre Gandoca Manzanillo y el Parque Nacional Cahuita.
SUP (Stand Up
Paddling) o, lo que es lo mismo, remar de pie en una tabla ha causado furor en
los últimos cinco años. Se puede practicar tanto en mares como en lagos. En
Costa Rica, en playas del Pacífico como Samara y Carrillo se pueden coger
pequeñas olas. Para excursiones más tranquilas, se puede optar por el lago
Arenal y remar por sus ensenadas contemplando el volcán de fondo.
5. Costa Rica en mountain
bike
En las afueras
de San José existen varias rutas de un día para contemplar los volcanes Irazú y
Poás o el Valle de Orosi desde la bicicleta. Para ciclistas más exigentes se
pueden explorar las altas montañas de Talamanca, la Cordillera Volcánica
Central, la de Guanacaste y Tilarán, o los valles y llanuras del Caribe, el
Pacífico Central y el Sur. En total, Costa Rica cuenta con más de 80 rutas para
disfrutar de este deporte. También de la variedad ‘cross country’, con una
dificultad técnica mayor entre pendientes, descensos y ríos.
Uno de los
mejores lugares para practicar con bicicleta de montaña es el cantón de
Turrialba, con acceso a espacios arqueológicos. Desde allí se puede llegar a la
costa caribeña, en uno o dos días. Al cerro de la Muerte (3.451m) –el punto más
alto de la carretera Interamericana– se puede ascender por su páramo y
descender en mountain bike hasta las playas de la costa.
6. Parapente entre playa y
montaña
El Parque
Nacional de Manuel Antonio es unas de las localizaciones ticas más propicias
para volar en parapente. Pero también existe esta opción cerca de San José, en
Cartago. O en la playa, en Jaco. Desde San Miguel de Barranca hay unas vistas
increíbles de toda la zona de Puntarenas. En Caldera se pueden contratar vuelos
biplaza con instructor.
7. Buscando al Quetzal
En Costa Rica
habitan casi 850 especies de aves, más que en toda Norteamérica. Esta variedad,
concentrada en 50.000 km2, es posible gracias a bosques lluviosos, secos, ríos,
manglares, playas... Los más buscados por los amantes de las aves son el
Quetzal, que vive en los bosques lluviosos de Monteverde, San Gerardo de Dota,
la región de Santos y la cordillera volcánica central, y la lapa roja, que
puede ser vista en la península de Osa o en la Reserva Biológica Carara. En
2016 el Instituto Costarricense de Turismo (ICT) creó la Ruta Nacional de las
Aves, que ha catalogado 12 sitios a los que acceder con facilidad para ver
aves. Algunos de ellos coinciden con Centros de Desarrollo Turístico.
8. Costa Rica al galope
El caballo
siempre ha sido un animal muy apreciado en Costa Rica. Por ello, muchos hoteles
y albergues ofrecen tours a caballo para conocer bosques, montañas, ríos… y
playas como Conchal, Avellanas, Playa Negra, Junquillal y San Juanillo. También
existen tours nocturnos y otros específicos para aprender sobre plantas
exóticas y medicinales. Para cabalgar en un bosque tropical seco conviene optar
por el Parque Nacional Rincón de la Vieja en Guanacaste; para bosque lluvioso,
las cataratas de Nauyaca en Dominical Puntarenas; para costa, los alrededores
del Refugio Nacional de Vida Silvestre Gandoca-Manzanillo; para paseos
matutinos en montañas cercanas, San José, y para excursiones de alta montaña,
el volcán Arenal. Siempre con casco y las medidas de seguridad necesarias.
9. La cultura se esconde en
los museos
La capital del
país, San José, concentra buena parte de la oferta museística de Costa Rica. El
Museo Nacional, instalado en el antiguo cuartel Bellavista, alberga colecciones
de arqueología, historia natural, oro precolombino e historia patria. Cerca de
allí se encuentra el Museo Jade, que en un moderno edificio exhibe la mayor
colección de jade precolombino de América y muchos otros objetos de cerámica,
piedra, hueso, concha, madera… Por su parte, el Museo de Arte y Diseño
Contemporáneo de la capital está dedicado a difundir y promover las tendencias
más recientes en Centroamérica, así como los vínculos con corrientes afines en
el ámbito latinoamericano e internacional. En San José también se encuentra el
Museo de los Niños, que ocupa el lugar de una antigua cárcel. Cuenta con más de
40 salas interactivas y áreas de arte, ciencia y tecnología. Esta es una de las
pocas cárceles que se convirtieron en museo en el mundo.
10. El modelo sostenible del
turismo rural
Tanto el
turismo rural como el turismo rural comunitario están muy desarrollados en
Costa Rica. Combinan naturaleza y cultura, y prometen una experiencia
auténtica, con atención personalizada. Lugares como Salitre (cantón Buenos
Aires, Puntarenas) permiten conocer la identidad costarricense a través de la
cultura campesina, las tradiciones agrícolas y las pequeñas industrias
artesanales. Una fórmula basada en la sostenibilidad, que busca el equilibrio
entre administración de recursos naturales, culturales y sociales. El Instituto
Costarricense de Turismo (ICT) creó el programa Certificado para la
Sostenibilidad para empresas turísticas (CST) para categorizarlas según esas
tres categorías.
11. Tiempo de descanso:
Wellness Pura Vida
Además de un
entorno de aventura, Costa Rica puede considerarse el paraíso del descanso
gracias a resorts como Tabacón (La Fortuna). El turismo Wellness Pura Vida
combina una alimentación saludable con una amplia gama de actividades para
renovar mente, cuerpo y alma en contacto con la naturaleza: ‘trekking’, ‘forest
bath’ (respirar aire puro en el bosque), ‘earthing’ (caminar descalzo por la
arena), ‘spluch’ (mezcla de comida y spa)… También se ofrecen técnicas de
relajación como los ‘wraps’ o envoltorios para hidratar la piel. Se hacen con
barro volcánico, café, frutas tropicales y chocolate.
12. Planes para toda la
familia
Las
posibilidades que Costa Rica brinda a las familias viajeras son muchas y
variadas: caminatas, visitas guiadas, juegos grupales, interacción con
comunidades locales, degustación de la gastronomía costarricense, deportes
acuáticos (snorkel, kayak, surf, jet sky, buceo)… Pero quizá lo más llamativo
para los pequeños de la casa sea la fauna que habita en el país. A caballo, en
bicicleta, o a través de los puentes colgantes pueden descubrir los mamíferos y
aves que habitan en zonas de Costa Rica como la Reserva de Monteverde.
13. Destino perfecto de luna
de miel
Según el premio
Modern Bride World’s trendiest Honeymoon, Costa Rica es uno de los 10 mejores
destinos del mundo para disfrutar de la luna de miel. La biodiversidad del
entorno natural y la variedad de actividades que se pueden realizar en él
convierten al país centroamericano en una elección privilegiada. Permite
combinar planes relax con experiencias en las que poner a prueba la adrenalina
como el rafting o el canopy. Además, el país cuenta con alojamientos
especializados en lunas de miel. Hoteles de playa, hoteles boutique o, para
quienes buscan mayor privacidad, hoteles de montaña que se reparten por todo el
país: Monteverde, Llanuras del Norte, Valle Central, Caribe Norte, Pacífico Sur
y Pacífico Central.
14. Turismo MICE y mucho más
Costa rica
cuenta con las infraestructuras y servicios necesarios para albergar congresos,
seminarios, simposios y conferencias. En la del Valle Central se encuentran los
centros de reuniones y espacios con mayor capacidad para ello. La oferta
hotelera también responde a esta necesidad con hoteles de cinco estrellas y
otros tipo ‘boutique’. Un viaje de negocios al país centroamericano puede
completarse con su oferta cultural y de actividades de ocio en su entorno
natural. Por eso, Costa Rica ofrece tours de medio día o un día: masajes en
spas, caminatas por bosques tropicales, paseos en teleférico, una animada vida
nocturna… planes perfectos para combinar con agendas ocupadas.
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