1. Caribe
Atendiendo a su
interés turístico, Costa Rica se divide en siete regiones turísticas definidas
por su oferta diferenciada. La primera de ellas, la del Caribe, comprende el
sector de costa que se extiende desde el río San Juan hasta el Sixaola en la
frontera con Panamá. Unos 320 kilómetros en total. La ciudad de Limón se
encuentra en el centro de esta región, y es punto habitual para la recepción de
turistas. Varios de los puntos de interés de esta zona son espacios naturales:
Parque Nacional de Tortuguero, Parque Nacional Cahuita y Manzanillo.
El Parque Nacional de Tortuguero representa el segundo humedal más grande del país y es considerado como el ‘Amazonas de Costa Rica’ por la riqueza natural y la alta biodiversidad que alberga. Solo se puede acceder a él mediante lancha o avionetas. Es el lugar de anidación de la tortuga verde más importante del Caribe occidental, especialmente entre marzo y octubre. Tortuguero es un bosque tropical húmedo, lo que favorece la vida de cientos de especiales de animales, más de 400 especies de aves y miles de plantas. Cahuita es un parque nacional único por su cercana relación con la comunidad local. Una de las playas más populares de Cahuita es Playa Negra, la cual presenta distintos sectores, donde se hallan ensenadas, plataformas coralinas, caletas y playas arenosas.
El Parque Nacional de Tortuguero representa el segundo humedal más grande del país y es considerado como el ‘Amazonas de Costa Rica’ por la riqueza natural y la alta biodiversidad que alberga. Solo se puede acceder a él mediante lancha o avionetas. Es el lugar de anidación de la tortuga verde más importante del Caribe occidental, especialmente entre marzo y octubre. Tortuguero es un bosque tropical húmedo, lo que favorece la vida de cientos de especiales de animales, más de 400 especies de aves y miles de plantas. Cahuita es un parque nacional único por su cercana relación con la comunidad local. Una de las playas más populares de Cahuita es Playa Negra, la cual presenta distintos sectores, donde se hallan ensenadas, plataformas coralinas, caletas y playas arenosas.
Por
su parte, en el Refugio de Vida Silvestre Gandoca-Manzanillo,
que está compuesto por las playas de Manzanillo y Gandoca, se puede presenciar
el desove de la tortuga baula especialmente entre los meses de abril y agosto.
Ambas playas son reconocidas por su litoral exuberante de vegetación.
La zona del Caribe también presume de su riqueza cultural. Puerto Viejo de Talamanca es un pueblo colorido que se identifica con una cultura llena de matices afrodescendientes y que forman una mezcla única de gastronomía, música y costumbres.
La zona del Caribe también presume de su riqueza cultural. Puerto Viejo de Talamanca es un pueblo colorido que se identifica con una cultura llena de matices afrodescendientes y que forman una mezcla única de gastronomía, música y costumbres.
La
Reserva Indígena Bri Bri se localiza en la Cordillera de Talamanca. Su densa
vegetación todavía guarda grupos indígenas que mantienen su cultura y sus
costumbres. El grupo más grande de este área es el Bri Bri. La reserva indígena
cerca del río Yorkín se puede visitar y conocer desde dentro como es este grupo
indígena.
2. Llanuras del Norte
Lagos, ríos,
volcanes y varias áreas protegidas componen este territorio de bosques húmedos
fronteriza con Nicaragua. La zona de Caño Negro es santuario de aves acuáticas,
reptiles, mamíferos y el prehistórico pez Gaspar (solo habita aquí), por lo que
hay diversos sitios de interés para los observadores de fauna.
Se localizan
ríos que permiten desarrollar actividades de aventura y observación de la
naturaleza: el Peñas Blancas, San Carlos, Toro, Puerto Viejo y Sarapiquí,
perfecto para la práctica de rafting.
Ideal para unas
vacaciones de aventura, una visita a las Llanuras del Norte puede comenzar por
el Parque Nacional Volcán Arenal. El volcán, aunque ya no está activo, emana
vapor de agua y se divide en dos zonas diferenciadas: una plagada de vegetación
y fauna, y otra mucho más seca por el efecto de la lava y las erupciones.
Las aguas termales de la Fortuna,
provenientes del volcán Arenal, son ricas en minerales asociados con la salud,
por lo que es uno de los sitios más visitados del país para relajarse y
disfrutar de un extraordinario paisaje natural en medio del bosque lluvioso.
Toda una referencia del turismo de bienestar y balnearios.
En el Parque Nacional Volcán Tenorio se encuentra el río Celeste, formado por la unión de dos ríos en las faldas del volcán Tenorio, está considerado una de las maravillas naturales más importantes de Costa Rica. Algunas reacciones químicas en el agua generan el color turquesa en la zona de teñideros, en la catarata del río Celeste y en un río cercano. En el parque se ha habilitado un sendero de unos siete kilómetros para conocer todos los accidentes geológicos de la zona.
En el Parque Nacional Volcán Tenorio se encuentra el río Celeste, formado por la unión de dos ríos en las faldas del volcán Tenorio, está considerado una de las maravillas naturales más importantes de Costa Rica. Algunas reacciones químicas en el agua generan el color turquesa en la zona de teñideros, en la catarata del río Celeste y en un río cercano. En el parque se ha habilitado un sendero de unos siete kilómetros para conocer todos los accidentes geológicos de la zona.
Al
norte, cerca de la frontera con Nicaragua, se encuentra el En el Refugio Nacional de Vida Silvestre Caño Negro,
un humedal protegido por su amplia diversidad biológica y famoso por la
observación de aves.
3. Valle Central
Valle Central
se considera la puerta de entrada a Costa Rica para los viajeros. Aquí se
encuentra San José, capital del país. A 1.149 metros sobre el nivel del mar,
goza de una temperatura media de 24 grados. Pese a no ser una ciudad muy grande
ofrece muchas opciones culturales: el Teatro Nacional, el Teatro Popular Melico
Salazar, la Catedral Metropolitana, el Museo Nacional o el Museo de Oro. Este
último, de reciente apertura. Además posee un Paseo Gastronómico en el Barrio
Escalante con una amplia oferta gastronómica de ingredientes costarricenses
fusionada con alta cocina.
Otras ciudades
de la zona como Alajuela, Heredia y Cartago también cuentan con atractivos
turísticos. Cartago fue capital de Costa Rica hasta 1823. Hoy es considerada la
capital religiosa del país; en su basílica se encuentra la figura de la Virgen
de los Ángeles, patrona del país. Cada 2 de agosto se celebra una peregrinación
a la que acuden casi dos millones de personas.
Además de
historia y cultura, la zona del Valle Central destaca con varios parques
nacionales instaurados en torno a los volcanes Poás, Turrialba e Irazú. Este
último es uno de los más activos de Costa Rica, y el de mayor altitud (3.432
metros). Tiene cuatro cráteres y dos lagunas, a las que se puede acceder por
caminos habilitados. En la provincia de Alajuela se encuentran otras dos de las
cataratas más impresionantes del país, La Paz (el parque al que pertenece es la
atracción ecológica privada más visitada de Costa Rica) y en Bajos del Toro, la
catarata Toro Amarillo con 90 metros de altura.
4. Guanacaste
Desde la
frontera con Nicaragua hasta la desembocadura del río Bongo, el área turística
de Guanacaste se extiende a lo largo de 700 kilómetros por la costa pacífica de
Costa Rica. Su basta naturaleza hace que gran parte de su territorio esté
protegido, incluyendo ecosistemas acuáticos, terrestres, costeros y montañosos.
Aquí se
encuentra el Parque Nacional Rincón de la Vieja, cuyo principal atractivo son
sus aguas termales y lagunas solfatáricas. Existen algunas restricciones de
acceso debido a una reciente actividad.
Otros tres
parques nacionales –Santa Rosa, Las Baulas y Barra Honda– son buen ejemplo de
diversidad. Santa Rosa se encuentra en la parte septentrional de la península
de Santa Elena, y es conocido por sus playas y por su bosque tropical seco. Las
Baulas (península de Nicoya) es un parque marino que toma su nombre de la
especie de tortuga más grande del mundo y que aquí desova, la baula.
Barra Honda
está a unos 20 kilómetros al noreste de Nicoya, y se caracteriza por su sistema
de cavernas calcáreas, repletas de estalactitas y estalagmitas (formaciones
rocosas alargadas). Una de ellas, la caverna Terciopelo, está abierta al
público.
Otro
de los enclaves más importantes de la zona es el volcán Miravalles,
ubicado en la cordillera volcánica de Guanacaste. Aún en actividad, se utiliza
para obtener energía geotérmica, y en sus alrededores (cerca del pueblo de
Guayabo) hay aguas termales donde relajarse. El Refugio Nacional de Vida Silvestre Ostional
y la Península de Papagayo
completan la oferta turística de Guanacaste.
5. Puntarenas
Los 2.442
kilómetros cuadrados de Puntarenas comprenden también las islas del Golfo. Dos
litorales –Península de Nicoya y ciudad de Puntarenas– unidos por transporte
marítimo. A dos horas de la capital costarricense, es uno de los centros
turísticos más importantes del país.
La Reserva
Biológica Monteverde, en la Sierra Volcánica de Tilarán, es otra de las joyas
naturales de Costa Rica, uno de los pocos bosques nubosos que aún existen en el
mundo. Aquí habita el 2,5% de la biodiversidad del planeta y alrededor del 10%
de su flora endémica. En el Golfo de Nicoya se encuentran las Playas de
Montezuma y la catarata del mismo nombre: 20 metros de altura y una piscina
natural.
El sector
peninsular también ha experimentado un gran desarrollo turístico. Es el caso de
zonas como Tambor o Santa Teresa, con playas de gran belleza natural y famosas
para la práctica de surf. Igual sucede con Mal País, un pequeño pueblo costero
en el extremo sureste de la Península de Nicoya. Con calas rocosas, es destino
habitual para surfistas.
6. Pacífico Central
Bosques y
playas conviven en esta zona de Costa Rica, que comienza en la ciudad de
Puntarenas y se extiende hasta la desembocadura del río Barú (Playa Dominical).
Es una región en la que se alternan ciudades, espacios naturales y playas.
El Parque
Nacional Manuel Antonio se encuentra en un extremo del pueblo del mismo nombre.
Es el segundo parque más visitado del país, gracias a la variedad de fauna y
flora y sus playas de arena blanca que se encuentran prácticamente en el
exuberante bosque tropical.
Aquí también se
encuentra la Reserva de la Biosfera de la cuenca del río Savegre. Este río, que
nace en el Cerro de la Muerte hasta que desemboca en el Pacífico, está
considerado el más limpio de todo el país e, incluso, de Centroamérica.
Atraviesa varios parques nacionales y reservas repletas de animales. En la
parte central se puede practicar ‘rafting’. Los pintorescos pueblos de Quepos,
famoso por su pesca deportiva, y Dominical, uno de los favoritos de los
surfistas, completan las posibilidades turísticas.
7. Pacífico Sur
La ciudad de
Pérez Zeledón es el centro neurálgico de esta zona que incluye las Cataratas
Nauyaca, el pueblo de Platanillo y el río Barú. Con 490 kilómetros de costa y
limítrofe con Panamá, quienes llegan hasta aquí lo hacen por sus playas, por la
pesca deportiva, por el surf, por el buceo… Y para observar a ballenas
jorobadas y delfines en el Parque Nacional Marino Ballena.
La Península de
Osa está considerada una de las zonas más bellas del país gracias a su bosque
tropical prístino que engloba lugares como Bahía Drake, Isla del Caño y el
Parque Nacional Corcovado. Aquí se hace una enérgica apuesta por el ecoturismo.
En
el norte de la península se encuentra la Reserva
Forestal Golfo Dulce, uno de los
lugares más húmedos del mundo. Conocida por su biodiversidad, los árboles de la
reserva pueden superar los 40 metros. Un poco más al norte se encuentra el Humedal Sierpe-Térraba,
que toma este nombre de los dos ríos que aquí desembocan.
Con
sus 3.820 metros, Cerro Chirripó
es el punto más alto de Costa Rica. Se encuentra en el parque nacional del
mismo nombre y uno de sus principales atractivos es la observación de aves.
También se encuentra dentro de la extensión Pacífico Sur, en la que aún habitan
algunos grupos indígenas. Entre ellos, los Boruca,
cuya reserva se puede visitar para conocer su artesanía y tradiciones.
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