El Gran Cañón, excavado en las rocas hasta una
profundidad de 1.500 m por el río Colorado, es el desfiladero más espectacular
del mundo. Los estratos horizontales del Parque nacional del Gran Cañón plasman
la historia geológica de los últimos 2000 millones de años. También se hallan
vestigios de los esfuerzos de adaptación del hombre prehistórico a un entorno
particularmente inhóspito.
El Gran Cañón domina el parque nacional, que fue
creado en 1919 mediante una ley del Congreso y fue uno de los primeros parques
nacionales de Estados Unidos. El profundo y retorcido desfiladero, de 1500m de
profundidad y 445km de longitud, se formó a lo largo de seis millones de años
de actividad geológica y erosión del río Colorado en la corteza terrestre
elevada (2’5 km sobre el nivel del mar). El desfiladero, cuya anchura varía
entre 200 m y 30 km, divide el parque en dos partes: el borde norte y el borde
sur. Las colinas, agujas y mesetas del cañón son, de hecho, montañas que se
contemplan desde arriba, desde los bordes.
La erosión continúa y los ríos estacionales y
permanentes presentan impresionantes cascadas y rápidos, con cantos rodados a
lo largo del cañón y sus tributarios. Los estratos geológicos horizontales, que
la erosión ha sacado a la luz en el curso de 2000 millones de años de historia
geológica, muestran las cuatro eras geológicas principales: Precámbrico
superois e inferior, Paleozoico, Mesozoico y Cenozoico.
El cañón constituye también un vasto museo
biológico en el que se encuentran cinco zonas diferentes de vida y vegetación.
Se han identificado más de 1000 especies vegetales, entre las que se encuentran
algunas calificadas oficialmente como en peligro de extinción. En el parque se
hallan 76 especies de mamíferos, 299 de aves y 41 de reptiles o anfibios, y en
el río Colorado y sus afluentes viven 16 especies de peces.
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