9 mar 2017

RAZONES PARA VIAJAR A ISLA MAURICIO






1 Un paraíso a tu alcance
Nunca has tenido más fácil disfrutar del edén exclusivo que es Isla Mauricio. Todo son ventajas: el vuelo es directo, lo que sumado a su escasa diferencia horaria con España hace posible que aproveches tu tiempo al máximo; no es necesario tomar precauciones sanitarias, lo que convierte Isla Mauricio en un lugar ideal para que lo disfrutes con la familia al completo; y su carácter exclusivo y auténtico convierten a Isla Mauricio en un destino simplemente ideal para ser descubierto en pareja...
2 Sus playas
Las playas de Isla Mauricio se encuentran entre las mejores del mundo. Sus arenales, cubiertos de una pecaminosa arena blanca, te entusiasmarán. Playas como las de Mont Choisy, Belle Mare o Le Morne cambiarán para siempre tu concepto de playa perfecta. Y, ¿por qué no alquilar un catamarán y disfrutar de la laguna coralina?
3 Su carácter multi-cultural
La fusión de pueblos y razas de Isla Mauricio se refleja en la gastronomía, en las costumbres y, sobre todo, en la vida diaria de sus habitantes. Los descendientes de los primeros esclavos negros africanos, chinos, hindúes, tamiles, paquistaníes y europeos de Holanda, Inglaterra y Francia han dejado una huella indeleble en este país, donde todo el mundo se respeta y vive en armonía: una actitud ante la vida que impregnará tu estancia en el país.
4 Su naturaleza
El de Isla Mauricio es un mapa repleto de monumentos naturales donde manda una frondosa vegetación, que cubre llamativas montañas y volcanes dormidos, donde las dunas están pintadas de colores imposibles y las cañadas y cascadas te esperan para enmarcar el más bello de tus viajes. Los fondos submarinos coralinos que la protegen, mientras que el interior, frondoso y verde, destaca por sus parques botánicos y reservas naturales: Le Morne, la cascada de Chamarel, la Tierra de los Siete Colores...
5 Sus sabores
La gastronomía de Isla Mauricio es única en el mundo. Influenciada por todos los pueblos que han hecho de la isla su hogar, tus sentidos se expandirán ante una buena rougaille, un plato mediterráneo con tomate, cebolla, ajo y todo tipo de carne o pescado, o sus frutas tropicales: papaya, mango, lichis, merlón, guayaba, coco... Termina tus banquetes con el típico café suave con sabor a vainilla: no habrás probado jamás nada igual.









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