Este
parque, declarado Patrimonio de la Humanidad el año 1986, comparte con el
parque nacional de Iguazú de Argentina una de las más grandes y espectaculares
cataratas del mundo, que son parte de la frontera entre Argentina y Brasil. Con
una altura de 80 m y cerca de 2700 m de anchura, el rocío producido por el
choque del agua contra las rocas forma una tenue pero incesante lluvia que es
causa de que la vegetación en las proximidades sea particularmente frondosa, siendo
el 90% de la zona una pluviselva subtropical. El parque alberga numerosas
especies de flora y fauna en peligro de extinción, entre las que se encuentran
la nutria gigante y el oso hormiguero gigante. Entre las muchas otras especies
registradas se encuentran la nutria de La Plata, el ocelote, el jaguar, el
puma, el tigrillo o leopardo tigre, el venado matacán, el ciervo de la pampa,
el tapir americano, el mono aullador negro, el pécari de collar, el pécari
labiado y la serpiente yarará o víbora de la cruz.
Algunas
de las aves notables son el vencejo pardo, el macuco, el águila azor blanca, el
tucán pico verde, el guacamayo azul o jacinto, la amazona sudamericana, el loro
de anteojos rojos, el surucuá violeta y el águila arpía.
La
vegetación es exuberante. En la zona inferior del parque se halla la pluriselva
tropical, con helechos arbóreos, lianas y epifitas. La parte superior es en su
mayor parte un bosque subtropical húmedo con árboles de hoja perenne con alguna
áreas de pino brasileño, dos tipos de palmas, el palmito dulce y el cocotero
silvestre, y el imbuya. Estos árboles se encuentran sólo en una pequeña zona
situada al este del parque.
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