Sant Joan de Labritja
Situado al norte
de la isla, este municipio nada tiene que ver con las zonas más turísticas. A
diferencia de Sant Antoni de Portmany o la ciudad de Ibiza, Sant Joan de
Labritja (San Juan Bautista) cuenta con extensos montes, bosques
vírgenes y entornos rurales donde conviven vecinos que aún se dedican a la
agricultura y a la ganadería. Con sus iglesias de color blanco y sus casitas
rústicas es todo un homenaje a la Ibiza más tradicional.
Dispone de una
buena colección de calas que se abren paso entre los imponentes acantilados que
bordean la costa. Benirràs, Caló des Moltons, Cala Xarraca, Cala
d'en Serra o la cala de Sant Vicent son las mejores
de la zona para darse un chapuzón.
Su zona más
turística es Portinatx, ideal para visitar
en familia, ya que cuenta con todos
los servicios (restaurantes, bares, tiendas, hamacas, deportes acuáticos…).
Destacan sus tres playas: playa de S'Arenal Petit, hermana pequeña de S'Arenal
Gros, la playa más extensa de Portinaxt, y Playa Porto, rodeada de montes
cubiertos de pinos. La zona es ideal para los amantes del senderismo y del
buceo.
No hay que dejar
de visitar la cueva de Can Marçà, un antiguo
refugio de piratas y bucaneros.
En el pueblecito de Sant Joan tiene lugar uno de los
mercadillos más jóvenes de la isla, pero a la vez el más auténtico. Además de
artesanía, ropa o complementos aquí se pueden adquirir productos como azafrán,
aceitunas, miel, queso y todo tipo de conservas. Se celebra los domingos en
pleno centro y cuenta con música en vivo.
Santa Eulària des Riu
En el noreste de
la isla se extiende el municipio de Santa Eulària des Riu (Santa Eulalia del
Río), que cuenta con una veintena de playas (46 km), ya sean arenales vírgenes
o playas a pie del núcleo urbano.
El pueblo de
Santa Eulària es un buen destino para que toda la familia disfrute de
unas vacaciones tranquilas. Lo primero
que sorprende es el imponente Puig de Missa, una colina donde se
han erigido casitas blancas de poca altura –muy diferentes a las construcciones
de la ciudad de Ibiza y Sant Antoni– y desde donde domina la iglesia de Santa
Eulària. Su otro reclamo es el Museo de Etnografía, en el que se
exhiben desde trajes típicos hasta instrumentos musicales, joyas o aperos de
labranza.
La zona es ideal para las parejas que busquen
combinar relax con turismo gastronómico y rural.
Entre sus más de 250 restaurantes, hay una amplia oferta de cocinas para todos
los gustos: mediterránea, ibicenca, fusión…Además, en estos restaurantes
marinan perfectamente los platos con los vinos de la isla –aquí se produce el
80% del vino de Ibiza–. Tampoco faltan pintorescos pueblos de iglesias
encaladas como Sant Carles de Peralta o Santa
Gertrudis de Fruitera.
Santa Eulària alberga los dos mercadillos
hippies más famosos de la isla: el de Punta
Arabí y el de Las Dalias (Sant Carles de Peralta). El
primero, con más de 500 puestos y música en vivo, es el más grande de la isla.
Ambos son perfectos para comprar moda ‘adlib’.
Ibiza capital (Eivissa)
El casco antiguo de Ibiza, Dalt Vila (XVI),
es un museo al aire libre. Se trata de la fortaleza costera mejor conservada
del Mediterráneo, lo que le ha valido el reconocimiento de Patrimonio de la
Humanidad por la Unesco. Además de perderse por sus calles blancas, hay que
realizar una parada en los edificios más importantes de la isla: la catedral,
el convento de Santo Domingo –sede del Ayuntamiento– y el Museo Arqueológico. A
los pies de las murallas se sitúa La Marina, antiguo barrio de pescadores y hoy
uno de los lugares con más ambiente de la isla. En sus callejuelas se
concentran gran número de bares, terrazas y tiendas. De mayo a octubre se puede
pasear por el mercadillo hippy del puerto.
Al margen de su recinto amurallado, Ibiza cuenta con
otros reclamos culturales como la necrópolis Puig des Molins,
también Patrimonio de la Humanidad. Utilizada durante más de 1.000 años como
cementerio, conserva más de 3.000 tumbas subterráneas.
En las inmediaciones del centro urbano se encuentran
las playas de Talamanca o d'en Bossa,
ideales para practicar todo tipo de deportes acuáticos. La otra gran playa de
esta zona es la de Ses Figueretes, a la que se puede
acceder directamente desde el casco antiguo.
Playa d'en Bossa
A escasos
kilómetros de la ciudad de Ibiza se extiende esta popular zona turística donde
se puede encontrar todo tipo de bares, restaurantes y algunas de las discotecas
más famosas de la isla. Playa d'en Bossa cuenta con
un extenso arenal de más de tres kilómetros de longitud donde disfrutar de una
intensa jornada playera. Los beach bars contribuyen a
darle el toque singular a la zona gracias a sus camas balinesas, sabrosa comida
y música relajante a cargo de Dj’s. Esta playa es ideal para practicar paddle surf, flyboard o
alquilar una moto de agua o un catamarán.
Playa d'en Bossa es una de la mejores zona para salir
de fiesta. Sus mayores reclamos turísticos son las
macrodiscotecas Ushuaïa y Hï
Ibiza, aunque no son los únicos. Alberga desde discotecas con
un ambiente más chic y relajado hasta bares playeros como Bora
Bora, donde bailar a plena luz del día. Al margen de su
ambiente fiestero, la extensión de Playa d'en Bossa hace que cuente con zonas
más tranquilas, ideales para familias.
Sant Josep de sa Talaia
En el interior de
Ibiza se encuentra este apacible municipio –el más grande de la isla– que
ofrece naturaleza y una gran oferta cultural. Sus 80 kilómetros de costa están
salpicados de calas de aguas cristalinas como Cala Comte, Cala Bassa o Cala
Vedella.
Cala d´Hort y el
Parque Natural de Ses Salines son algunos de los bienes naturales más preciados
de la isla. Es muy recomendable visitar Cala d´Hort al atardecer, con la
majestuosa presencia del islote de Es Vedrà, que emerge justo frente a la
playa. Igual de apetecible es Ses Salines, que además de destacar por la
producción de sal, cuenta con más de 210 especies de aves y 178 especies de
plantas repartidas en sus más de 1.500 hectáreas terrestres y 13.000 marinas.
A esto se suma el
patrimonio histórico de Sant Josep, con un gran número de iglesias
medievales, yacimientos arqueológicos como el poblado
fenicio de Sa Caleta –Patrimonio de la Humanidad–, torres
de defensa, y una gruta natural, Cova
Santa.
También se pueden
realizar excursiones a pie, en bicicleta o a caballo por sus paisajes rurales,
así como pasar la mañana del sábado recorriendo el mercadillo de Sant Jordi,
que se celebra en un antiguo hipódromo. Sant Josep cuenta con gran variedad de
restaurantes donde poder probar y disfrutar de la gastronomía típica de la
isla, como por ejemplo el ‘bullit de peix’, un guiso de
pescado acompañado de patatas y alioli, seguido de arroz.
En el municipio de Sant Josep se alza el monte Sa
Talaia, el más alto de Ibiza (475 metros), desde donde se disfruta de una
panorámica de casi toda la isla.
Sant Antoni de Portmany
Sant Antoni de
Portmany (San Antonio), en el noroeste de la isla, es una de las principales
zonas turísticas de Ibiza y, sobretodo, una de las favoritas del turismo
joven. La costa de Sant Antoni disfruta de playas de aguas
tranquilas y transparentes, aptas para todo tipo de público, y arenales ideales
para bucear.
Una jornada de
playa se completa con una animada noche en cualquiera de los bares y
restaurantes que llenan las calles del casco urbano, el paseo marítimo y la
bahía. El chiringuito más famoso es Café del Mar –en Calò des
Moro–, un referente musical que cada año atrae a miles de turistas por sus
impresionantes puestas de sol.
El
pueblo de Sant Antoni de Portmany alberga también un interesante casco
histórico. Algunos monumentos de interés son la iglesia de
Sant Antoni, con un cinturón de torreones que protegía a la población de
ataques piratas; las Torres d'en Lluc, un yacimiento arqueológico formado por
dos antiguas torres y una muralla de la Edad Media, y las iglesias de Sant
Rafael, Sant Mateu y Santa Agnès.
También forman parte del municipio de Sant Antoni los
pueblos de Sant Rafel –declarado Zona de Interés Artesanal, ya que aquí
trabajan algunos de los mejores ceramistas de la isla, y conocido por albergar
dos de las discotecas más famosas de Ibiza: Privilege y Amnesia–; Sant Mateu,
donde se elabora el mejor vino de la isla, y Santa Agnès de Corona, ejemplo de
la Ibiza rural tradicional.
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