1. DESDE INDIA
La República
de Maldivas se encuentra a poco más de tres horas de avión de India. Esta
cercanía hace que sea posible unir ambos destinos en un viaje lleno de
contrastes. Maldivas ofrece la quietud y el relax de uno de los países menos
poblados de Asia, mientras que la India es todo bullicio. Una explosión de
colores, sabores y olores que va desde los mercados de Delhi al majestuoso Taj
Mahal, pasando por la rosada Jaipur.
2. DESDE SRI LANKA
Situadas a
menos de 900 kilómetros de Colombo (capital de Sri Lanka), Maldivas es el
lugar ideal para relajarse después de un tour por la antigua Ceilán. El verde
intenso de las montañas y las plantaciones de té dan paso al turquesa del
Índico que rodea las paradisíacas islas. Pero antes de tumbarse en la arena
blanca de Maldivas, habrá tiempo de explorar la naturaleza primitiva de Sri
Lanka, subir al pico de Adán al amanecer y descubrir las pinturas rupestres en
el interior de Sigiriya.
3. DESDE EMIRATOS ÁRABES
El desierto y
el oasis. Así podría denominarse esta combinación que conecta las islas
paradisíacas de Maldivas con el exotismo oriental de Dubái o Abu
Dabi. Además de dunas doradas donde ‘surfear’ o ver las estrellas, se pueden
visitar mezquitas y palacios históricos que contrastan con los rascacielos
futuristas de las grandes ciudades, entre ellos el Burj Khalifa, en Dubái, el
más alto del mundo con 828 metros. En la isla de Yas (Abu Dabi) se encuentra el
único parque temático del mundo dedicado a Ferrari.
4. DESDE TAILANDIA
Las playas del
‘país de las sonrisas’ compiten con las de Maldivas, por lo que la mejor manera
de decidir cuáles son mejores pasa por visitar ambos destinos. El snorkel y el
buceo son imprescindibles tanto en los atolones maldivos como en Koh Samui y
Phuket. Tailandia tiene además una variada colección de templos
budistas y mercados de comida callejera donde muestra su cara más auténtica.
Imprescindible también es Bangkok, la capital, donde el futuro se asoma en
forma de rascacielos y rooftop bars.
5. DESDE BALI
La belleza
natural de Bali combina a la perfección con las playas de Maldivas.
Ambos destinos regalan a sus visitantes paisajes asombrosos. En Bali, las
terrazas de arroz, el volcán Batur y la playa de Nusa Dua, llena de palmeras,
son algunos de los favoritos, pero no hay que perderse el encanto de sus
templos ni de pueblecitos como Ubud, Celuk o Mas, refugio de artistas y
artesanos.
6. DESDE VIETNAM
Menos de cinco
horas separan Maldivas de Ho Chi Minh, la ciudad más grande y turística del
país. Combinando ambos destinos se logra un viaje de lo más completo: la
aventura la pone Vietnam, con recorridos en barco por el Mekong y la Bahía
de Halong (Patrimonio de la Humanidad por la Unesco) y en ‘rickshaw’ por la
pintoresca Hoi An. El relax lo pone Maldivas: tras unos días sin parar por las
aldeas vietnamitas, no hay nada como recuperar fuerzas en el paraíso.
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