1. RELAJARSE EN UN SPA
El complemento
perfecto para las largas jornadas de playa son los masajes y tratamientos que
ofrecen los exclusivos spas de los resorts de lujo. Los hay con vistas al mar,
instalados en ‘over-water villas’ e incluso submarinos, para dejarse cuidar
mientras se observa a los peces de colores por los cristales panorámicos.
Algunos ejemplos son el spa de Velassaru, con la posibilidad de añadir clases
de yoga al atardecer, o el de Veligandu Island Resort & Spa, con
tratamientos sostenibles que también cuidan el planeta.
2. HACER SNORKEL JUNTO A CIENTOS DE PECES DE COLORES
Las aguas de
Maldivas son tan cristalinas que no hace falta sumergirse para ver a cientos de
especies nadando bajo las pasarelas que unen las ‘over-water villas’. Aun así,
lo más recomendable es descubrir la abundante vida marina con gafas y el tubo
de buceo. Muchos hoteles organizan viajes en ‘dhoni’ para practicarlo en aguas
más profundas que las de las lagunas.
3. DISFRUTAR DE UN PICNIC EN UN BANCO DE ARENA
Los bancos de
arena son un oasis de privacidad. Su visita suele llamarse “excursión Robinson
Crusoe” porque los visitantes serán las únicas personas de la isla. Estas
‘islas’ son en realidad lenguas de arena blanca que parecen surgir del mar. El
servicio suele incluir un tentempié y bebidas para comer en la playa. Las
parejas más aventureras pueden completar la experiencia haciendo snorkel o
kayak. El premio de remar hasta allí es una isla privada solo para dos.
4. CASARSE A LA ORILLA DEL MAR
Maldivas no es
solo un destino para ‘honeymooners’, también puede convertirse en el escenario
de una boda idílica. Los resorts se encargan de todos los detalles, desde la
ceremonia hasta la tarta de bodas. Un grupo de músicos locales amenizan la
ceremonia y el broche final a un día tan especial lo pone una exquisita cena en
la playa. También se organizan ceremonias de renovación de votos.
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