1. NAVEGAR ALREDEDOR DE GRAND BAIE
Desde
la zona norte de la isla parten muchos cruceros y embarcaciones para navegar
durante un día o unas horas, sobre todo en catamarán. Lo habitual es que partan
de Grand Baie a primera hora de la mañana y visiten zonas como Îlot
Gabriel, famosa por sus playas vírgenes. Estos cruceros suelen hacer varias
paradas para comer algo –a bordo o sobre tierra– y para practicar snorkel.
2. VISITAR A LOS DELFINES
La
costa oeste de Mauricio es la mejor zona para ver delfines e, incluso, nadar
con ellos –siempre respetando su entorno–. Desde Rivière Noire se
organizan excursiones para salir en barco y verlos en su hábitat natural. El
avistamiento de ballenas es algo más complicado. Las excursiones se hacen
siempre con guía para entender mejor los comportamientos y costumbres de estos
mamíferos.
3. HACER UN SAFARI EN CASELA WORLD OF ADVENTURES
Casela
World of Adventures es una de las atracciones más visitadas de Mauricio. A
medio camino entre un parque de atracciones y un zoológico, se encuentra entre
campos de caña de azúcar, en la costa oeste de la isla. Abierto durante todo el
año, aquí se puede montar en camello, dar de comer a las jirafas, tirarse en
tobogán o tirolina, o hacer un pequeño safari (en quad o autobús) entre
animales africanos.
4. DAR DE COMER A LOS COCODRILOS EN LA VANILLE
En
el sur de Mauricio, La Vanille Nature Park acoge en un área de 3,5
kilómetros a tortugas, iguanas, cocodrilos, ciervos, monos… Y un insectario con
una de las mayores colecciones del mundo (23.000 especies). En el parque
también hay un museo de fósiles, un acuario, un restaurante y cada mañana se
programa un show en el que se da de comer a los cocodrilos del Nilo que aquí
viven.
5. DISFRUTAR DE LA NATURALEZA EN DOMAINE DE L’ETOILE
La
reserva natural Domaine de l’Etoile ocupa más de 1.200 hectáreas en
Île aux Cerfs (costa este), entre las localidades de Montagne Blanche y Belle
Rive. Además de proteger la fauna y la flora de la zona, se ha creado el
espacio temático TerrOcean, donde practicar distintas actividades de aventura:
tirolina, conducir un quad o buggy, montar a caballo, tiro con arco… Y un área
destinada a los más pequeños llamada Kids Fun Village.
6. ‘VOLAR’ SOBRE EL AGUA
En
la zona sur de Le Morne o en la playa de Roches Noires...
Existen muchas localizaciones para practicar ‘kitesurf’ en Mauricio. La brisa
del mar sopla casi siempre en estos rincones de la isla, favoreciendo la
práctica de esta disciplina prácticamente los 365 días del año. Otro ejemplo
es Bras d’Eau, donde hay zonas poco profundas y bien protegidas por
la bahía. Es un buen espacio para principiantes.
7. ESCALAR EN MOKA RANGE
La cordillera
de Moka, a unos diez kilómetros del centro de Port Louis, es uno de los
paisajes más peculiares y reconocibles de Mauricio. Entre sus picos están dos
de los más altos de la isla, Pieter Both (820 metros) y Le Pouce (812), que ya
escaló Charles Darwin. Las ascensión es bastante asequible y brinda unas
bonitas vistas de la capital mauriciana.
8. PASEAR POR EL JARDÍN BOTÁNICO
El jardín
botánico Sir Seewoosagur Ramgoolam es conocido internacionalmente por su
gran colección de plantas indígenas y exóticas, sobre todo por los nenúfares
gigantes Victoria amazónica y por las múltiples especies de palmeras. Entre
ellas, la palma de Ceilán, que florece una vez cada cincuenta o setenta años.
El jardín se encuentra en el distrito de Pamplemousses, al norte de la isla.
9. CONOCER EL LEGADO COLONIAL EN LA MAISON EUREKA
La mansión
criolla Eureka es el edificio colonial mejor conservado de la isla.
Construida en 1830 en medio de una plantación, hoy se ha reconvertido en un
museo que muestra cómo era la vida por aquel entonces. En la casa principal
(arquitectura tropical), las habitaciones siguen decoradas como en el siglo
XIX, con muebles de la Compañía Francesa de las Indias Orientales. Se encuentra
en Moka y se puede visitar todos los días de la semana.
10. CONOCER LA ISLA A VISTA DE PÁJARO
Existen
varias opciones para descubrir Mauricio desde el aire, en helicóptero,
hidroavión –despegando desde el agua– o en avionetas para saltar en paracaídas.
Para esta última opción se sobrevuelan zonas como los campos de azúcar
de Mon Loisir, en el noreste de la isla.
11.
RELAJARSE EN UN SPA PARA DOS
La
gran mayoría de los hoteles y resorts de Mauricio cuentan con un espacio
destinado a la relajación en sus instalaciones, que están disponibles tanto
para los clientes que allí se hospedan como para quienes quieran pasar solo
unas horas. Spas que cuentan con las primeras marcas para ofrecer sus
tratamientos y que se localizan fundamentalmente en la costas sur y oeste de
la isla.
12. IR DE EXCURSIÓN A ÎLE AUX CERFS
La
casa flotante, los restaurantes, la granja de tortugas, un campo de
golf… Île aux Cerfs cuenta con varias sorpresas. Situada a poca
distancia de la costa este de la isla principal, se puede llegar hasta ella en
distintos tipos de embarcaciones: lancha motora, piragua, catamarán e, incluso,
en un barco pirata.
13. VISITAR UNA FÁBRICA DE RON
Rhumerie
de Chamarel destila ron de la caña de azúcar que ellos mismos cultivan a
mano. En solo cuatro horas se transfiere del campo a la fábrica. En la visita
se pueden ver también las cubas de cobre donde se almacena el ron, tanto blanco
como viejo. La visita se puede alargar en el restaurante de la fábrica,
L’Alchimiste, donde se sirven platos preparados con productos locales, incluso
algunos cultivados en la propia finca.
14. PONER A PRUEBA LA ADRENALINA
Buceo,
esquí acuático, surf… Mauricio es un auténtico parque de atracciones acuático
para quienes quieran poner a prueba su capacidad física. Pero también hay
opciones para ejercitarse sobre tierra. Le Morne, por ejemplo, es habitual
entre senderistas. En la cima, a unos 500 metros por encima del nivel mar, se
puede disfrutar de las mejores vistas de la isla. No es un recorrido muy
exigente, de nivel medio, y se puede completar en tres o cuatro horas.
15. CAMINAR POR EL FONDO MARINO
'Underwater
Sea Walk' (caminar bajo el agua), también llamado ‘Helmet diving’ (bucear
con casco), es una de las experiencias más demandadas en Mauricio y quienes han
probado, la comparan con la sensación que se debe sentir al caminar por la
luna. En zonas como Belle Mare organizan excursiones para probar esta actividad
bajo el agua. Con un casco que administra oxígeno, se desciende a tres o cuatro
metros de profundidad y se camina por el fondo marino en excursiones de unos 15
o 20 minutos.