El
 extenso perímetro de la isla de Australia te permite en varias puntos 
de su costa la posibilidad de avistar cetaceos. Durante el invierno 
puedes ver pasar a las ballenas jorobadas en su migración hacia el 
norte, en Byron Bay y la bahía de Hervey. Maravíllate al ver su compleja
 comunicación acrobática y al escuchar el evocador canto submarino de 
los machos con un hidrófono. Ve a las lentas y gráciles ballenas francas
 australes nadar hacia la Costa Occidental de Australia, desde la bahía 
de Geographe, Dunsborough y Albany. O descubre a estas criaturas, desde 
el santuario de ballenas de Cabo de Bight o Victor Harbor, en Australia 
Meridional. Contémplalas aparearse y dar a luz en las aguas del criadero
 de Warrnambool o llegar desde las frías aguas antárticas junto a 
ballenas jorobadas en la pintoresca bahía Great Oyster, de Tasmania. 
Desde finales de abril, las ballenas francas australes viajan a las 
aguas más templadas de la zona de cría, en las costas de Australia 
Meridional y Victoria. Mientras tanto, las enérgicas ballenas jorobadas 
continúan más el norte, hacia aguas tropicales más templadas, a lo largo
 de las costas occidental y oriental. Lo que significa que, entre mayo y
 noviembre, podrás ver a estos majestuosos mamíferos en los diferentes 
lugares de avistamiento a lo largo de la costa australiana. 
 En
 Australia Occidental, desde principios de junio podrás ver ballenas 
jorobadas y ballenas francas australes nadar tranquilamente en la bahía 
de Flinders, en Augusta. También puedes dirigirte a Dunsborough en 
septiembre, donde las poco frecuentes ballenas azules y sus ballenatos 
se juntan con los delfines mular, en Geographe Bay. Por estas aguas 
también nadan ballenas francas australes, jorobadas y pigmeas durante su
 migración hacia el norte. Descúbralas desde el faro del cabo 
Naturaliste o acércate más en un crucero de avistamiento. Más hacia el 
sur, la rugosa costa de Albany, crea otros pintorescos miradores. Entre 
julio y octubre, descubre ballenas francas australes, y observe el 
apareamiento y alumbramiento de las ballenas jorobadas, en los grandes y
 verdes mares de King George Sound. 
 En
 la costa de Queensland se pueden observar ballenas jorobadas en la 
bahía de Hervey, entre finales de julio y principios de noviembre. Es la
 capital de los avistamientos de ballenas de Australia, pero también 
obtendrás una estupenda vista desde Point Lookout en North Stradboke 
Island, cerca de Brisbane. Desde Mooloolaba, en la Costa Sunshine o la 
Costa Dorada, los avistamientos comienzan tan sólo 20 minutos después de
 dejar la orilla. También puedes ir a Port Douglas para encontrarte con 
los rorcuales aliblancos de la Gran Barrera de Coral. 
La
 isla de Tasmania es otro lugar destacado. Desde mayo, puedes ver 
ballenas jorobadas y ballenas francas australes bordeando la costa por 
las claras aguas turquesa de la bahía Great Oyster, en la península de 
Freycinet. Al ver paisajes como bosques, acantilados de granito rosa y 
blancas playas, podrás entender por qué las ballenas francas australes 
permanecen en la zona durante largos periodos. Otro enclave para ver 
algunas ballenas con sus ballenatos es Mercury Passage, junto a Maria 
Island, y la salvaje y bella Bruny Island. Aquí, en Adventure Bay, es 
donde los avistamientos son más frecuentes. 
Las costas de Nueva Zelanda te permiten avistar a los cachalotes. Kaikoura, en la costa este de la Isla Sur, es el principal centro para la observación de ballenas en Nueva Zelanda y es uno de los pocos lugares en el mundo donde puedes ver fácilmente a la más grande de las ballenas dentadas, el cachalote. La
 población residente de cachalotes en Kaikoura se puede ver durante todo
 el año. Las orcas las puedes ver a partir de diciembre a marzo, y las 
ballenas jorobadas en junio y julio. Varias especies de delfines se ven 
casi a diario en la zona. Nueva Zelanda tiene muchas especies de 
delfines y nadar con delfines es considerado una de las mejores 
experiencias. De las especies, está el delfín común, el delfín mular, el
 delfín oscuro o de Fitzroy y el delfín de Héctor.
 


 
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