15 oct 2019

TESOROS CULTURALES Y NATURALES DE IBIZA


Torre d'en Valls
Entre las playas de Canal d'en Marti y Cala Boix, en la península de Cap Roig (Santa Eulària des Riu), resiste una de las torres de vigilancia que se erigieron en los puntos costeros del Mediterráneo. En Ibiza se levantaron siete desde el siglo XVI hasta el XVIII. Torre d'en Valls fue ordenada construir con el objetivo de alertar a la población de los ataques y saqueos de los piratas.
Su actual apariencia se debe a una reconstrucción que terminó en 1982, después de años en estado ruinoso a causa de una explosión que destruyó parte de la edificación.




Es Amunts
Es Amunts es una zona montañosa que ocupa gran parte de la costa noroeste de Ibiza, desde la localidad de Sant Antoni de Portmany hasta Sant Joan de Labritja, donde aún se conserva el paisaje, la arquitectura y las costumbres tradicionales de la isla. Se trata de la mayor área protegida de la Ibiza –ocupa casi un cuarto–, un espacio natural con frondosos bosques y extensas zonas de tierra arcillosa que favorecen el cultivo en su interior, así como tramos costeros rocosos con apacibles calas.
Su paisaje de olivos, almendros y viñedos es ideal para los amantes del senderismo. A pie también se accede a la Cala d'Aubarca, una de las calas casi vírgenes que se esconden en el entorno. Mientras se explora esta zona, es posible avistar numerosas aves que sobrevuelan los acantilados.
A su riqueza natural hay que sumar interesantes atractivos culturales como la Torre des Molar, el poblado de Sant Llorenç de Balàfia, las pinturas rupestres de la cueva de Sa Cova des Vi y la iglesia de Santa Agnès.


Necrópolis de Puig des Molins
Declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, es el cementerio mejor conservado del Mediterráneo occidental. Fue fundada en el siglo VII a. C. por los fenicios en el centro de lo que hoy es la actual ciudad de Ibiza. Siguiendo las costumbres fenicias, mientras los vivos se concentraban en el centro urbano, la ciudad de los muertos estaba a unos pasos. Desde el exterior se pueden ver 340 sepulturas, pero se calcula que puede haber unas 3.000.
La visita se completa con la entrada al Museo Arqueológico de Puig des Molins, extensión del de Dalt Vila, donde se muestran importantes restos fenicios, cartagineses y romanos que se encontraron en las cámaras funerarias: collares, útiles de bronce y plomo, proyectiles, amuletos y monedas.
Un domingo al mes se organizan visitas teatralizadas. Durante este paseo por la historia ibicenca, los asistentes contemplan los diferentes rituales funerarios que llevaban a cabo en el yacimiento los fenicios, cartagineses y romanos.


Dalt Vila
Situada sobre un pequeño monte, es el principal reclamo turístico de Ibiza capital y su corazón. La antigua ciudad amurallada (Dalt Vila) que protegía de ataques piratas es hoy la fortaleza costera mejor conservada del Mediterráneo. Cuenta con varias puertas de entrada, siendo el portal de ses Taules la principal. Ubicada frente al animado barrio de la Marina, da acceso al patio de armas y, a continuación, a la Plaza de la Vila, llena de restaurantes, tiendas de artesanía y galerías de arte.
Cruzar las puertas del casco antiguo de Ibiza significa un viaje al pasado en el que contemplar la catedral de Santa María de las Nieves, de estilo gótico en sus orígenes y barroca tras sucesivas reformas; el ayuntamiento –antiguo convento de los dominicos–, desde donde se vislumbra toda la ciudad, y los baluartes renacentistas del siglo XVI.
También aquí se puede visitar el Museo Arqueológico de Ibiza y Formentera (MAEF), con una exposición permanente de piezas que reúnen más de tres mil años de historia de las dos islas.


Parque Natural de Ses Salines
Playas de arena blanca, praderas submarinas de Posidonia oceánica, interminables dunas… estos y otros muchos atractivos naturales convierten a este parque en un destino ineludible. Su territorio se extiende por el sur de Ibiza y el norte de Formentera – 1.786 hectáreas terrestres y 13.611 marinas–, ocupando también el brazo de mar que las separa. Durante siglos, las salinas de Ibiza fueron unas de las más importantes del Mediterráneo. Además, en este entorno se sigue extrayendo sal por los métodos tradicionales, como hacían los primeros pobladores de la isla.
Gracias a las inmensas praderas de Posidonia oceánica que cubren el fondo marino, Ses Salines ofrece la posibilidad de practicar submarinismo en aguas cristalinas.
Bañarse en las playas de la zona también es una buena opción para aquellos que buscan sol y relax. Dentro del parque se encuentran Es Codolar, Ses Illetes, Es Cavallet y Ses Salines.
Los visitantes también pueden avistar las más de 210 especies de aves –principalmente garzas y flamencos– que anidan en sus humedales.
Existen cuatro itinerarios habilitados para recorrer el parque –a pie o en bicicleta–. También es una opción muy recomendable, sobre todo para las familias con niños, visitar el centro de interpretación de Sant Francesc de s'Estany.




Yacimiento fenicio de Sa Caleta
Una pequeña península en la costa sur (Sant Josep) acoge el asentamiento fenicio más antiguo de la isla, que se remonta al siglo XVIII a.C. Se trata del descubrimiento arqueológico más importante de las últimas décadas en las islas pitiusas, y es Patrimonio de la Humanidad desde 1999.
Muy parecido a los poblados urbanos que fundaron los fenicios al sur de la península, en sus más de cuatro hectáreas de superficie se construyeron diferentes barrios y casas separadas por sinuosos callejones y algunas plazas. Tras 50 años en este asentamiento, la mayoría de sus habitantes, que eran buscadores de metales, se trasladaron a lo que hoy conocemos como la ciudad de Ibiza.
Hasta nuestros días ha llegado el barrio sur, donde se pueden apreciar hornos para la cocción del pan. También se han encontrado en la zona restos cerámicos, utensilios de cocina, anzuelos de pesca de bronce, piezas telares y molinos de piedra.
Reserva Natural de es Vedrà, es Vedranell y los islotes de Poniente
En la zona suroeste de la isla (Sant Josep de sa Talaia) hace acto de presencia esta reserva natural que aúna una gran variedad de fauna y flora, un yacimiento arqueológico –Ses Païsses de Cala d'Hort–, la torre de vigilancia des Savinar (o del Pirata), numerosas casas payesas, playas vírgenes y abruptos acantilados.
El islote de Es Vedrà se ha convertido en el gran reclamo turístico de la reserva, no obstante su visita está restringida debido a su alto valor ecológico –alberga numerosas especies endémicas–. Solo pueden acceder aquellos visitantes que obtengan un permiso especial. Para el resto, existen dos opciones: hacer una excursión en barco y recorrer por mar sus más de cuatro kilómetros de perímetro, o contemplarlo –sobre todo al atardecer– desde alguno de los puntos costeros próximos (Cala d'Hort, Torre des Savinar y Cap Llentrisca).
Es Vedrá es la imagen más icónica de Ibiza, en parte gracias a las misteriosas leyendas que lo acompañan, y que incluyen avistamientos de ovnis y apariciones marianas.
En la reserva se encuentra también el monte Sa Talaia, el punto más alto de la isla (485 metros). Ascender hasta su cima permite contemplar una panorámica de casi toda Ibiza.





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