1. DISFRUTAR DE LA MAGIA
DISNEY
A menos de una hora de
la capital se encuentran los dos parques temáticos de Tokyo Disney Resort,
diversión asegurada para toda la familia. Tokyo Disneyland abrió sus puertas en
1983 y fue el primer parque Disney fuera de Estados Unidos. Cuenta con siete
mundos que incluyen todo tipo de atracciones, desfiles y el famoso castillo de
Cenicienta, además de la posibilidad de alojarse en alguno de sus hoteles. En 2001
se incorporó Tokyo DisneySea, enfocado al mundo del mar que cuenta con siete
puertos temáticos para todas las edades.
2. EXPLORAR UN CASTILLO DE
SAMURÁIS
Los niños estarán
encantados con la visita al Castillo de Himeji o ‘de la Garza
Blanca’-.Situado en la ciudad que le da nombre, esta majestuosa construcción,
que nunca ha sido tomada, es uno de los iconos del país. Fue un samurái quien
en el año 1600 lo rediseñó otorgándole su característica forma de ave. Desde su
torre principal, que se eleva 92 metros sobre el nivel del mar, se accede a sus
cinco plantas. En el exterior, algunos escurridizos ninjas amenizan el
recorrido, y muy cerca de la entrada se encuentra un pequeño zoo.
3. CONOCER A LOS AMIGOS DE
‘BAMBI’
El Parque de Nara,
también conocido como el Parque de los ciervos, acoge por acoger unos 1.200
ciervos que vagan en semi-libertad por todo el recinto. A pesar de ser animales
salvajes se han acostumbrado a la presencia humana, por lo que es fácil
acercarse a ellos. Los puestos del parque permiten adquirir galletas especiales
para que los niños puedan alimentarlos. La mayoría de los monumentos históricos
de Nara, como el templo Todai-ji, se encuentran dentro (y alrededor) de este
parque.
4. VER A LOS MONOS TOMAR UN
BAÑO
A los niños -y también
a los adultos- les encantará contemplar las aguas termales en el Parque de
Jigokudani rodeados de monos. El paradisiaco entorno de este parque
natural en los Alpes japoneses, cerca de la ciudad de Nagano, acoge una de las
especies más raras de Japón, los llamados ‘snow monkeys’. Estos macacos bajan
de las montañas para bañarse en las piscinas naturales. Aunque el paisaje es
más espectacular en invierno, se puede visitar en cualquier época año.
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