Las cataratas Victoria son un fenómeno
espectacular. Se encuentran en el río Zambeze, bordeando Zambia y Zimbabue, a 18 km de Livingstone.
Descritas en el siglo XIX por la tribu local, los
Tololo, como “MosioaTunya” ( la mayor cortina de humo o el humo que truena).
Las inmensas columnas de agua de rocío que expulsan
las cataratas se pueden ver a 64km de distancia, ya que el agua cae
verticalmente de 100 metros hacía la garganta profunda que hay en sus pies. En
la época más intensa de lluvias caen más de 546 millones de metros cúbicos de
agua por minuto desde la fisura báltica de cerca de 2km de ancho, provocando
que Zambeze pase a ser un río tranquilo y plácido a convertirse en una
tumultuosa corriente de aguas rugientes.
El Doctor David Livingstone, el primer europeo
que vio las cataratas Victoria, las bautizó este prodigio de la naturaleza en
honor a su reina. Frente a las cataratas, una pared gemela y escarpada de
basalto, de una altura similar, se encuentra una selva tropical cubierta de rocío,
en cuyo borde hay un camino que proporciona unas vistas impresionantes para el
osado viajero que no teme acabar helado hasta los huesos por la humedad
tremenda de la nube de rocío que desprenden las cataratas.
Otro lugar ventajoso para ver la catarata
oriental , la catarata central y la Caldera Hirviente, es el puente del filo
del cuchillo. El puente de las cataratas Victoria (encargado por Cecil Rhodes
en el año 1900) y el Árbol de la Atalaya también ofrecen vistas panorámicas de
la catarata central y de la garganta, permitiendo apreciar la dimensión de la
atronadora magnificencia de la catarata. La combinación del río verde, la
ladera de piedra negra brillante, y el exuberante follaje esmeralda hacen que
la perspectiva completa del lugar sea un placer visual inigualable.
Para apreciar completamente el increíble tamaño
de las cataratas, y el imponente poder del agua mientras cae 8km hacia las
gargantas profundas, deben verse desde el aire, o para los mas atrevidos en una
balsa de aguas bravas. Los pilotos sobrevuelan con sus avionetas y los turistas
la parte superior del Zambeze y descienden por la garganta, y así crear una
experiencia increíble e inolvidable.