La Isla Robinson Crusoe, tiene una historia pródiga en acontecimientos. Desde su descubrimiento realizado por el navegante español Juan Fernández en 1574 se convirtió en un referente de la marinería y lugar de refugio de corsarios y piratas que se reabastecían en este paraíso. En este mismo lugar fue abandonado el navegante escocés Alejandro Selkirk siendo rescatado cuatro años y cuatro meses después. Su historia dio origen a la novela Robinson Crusoe, de Daniel Defoe.
En la isla encontrarás un único poblado llamado San Juan Bautista con 500 habitantes y en vías de recuperación luego de ser azotado por un tsunami (2010). Es la capital de un verdadero tesoro, no sólo por el que buscan exploradores internacionales, que fue enterrado secretamente por Lord Anson a mediados del siglo XVIII, sino por uno más cercano y tangible: su gente y naturaleza. Declarado Parque Nacional y Reserva de la Biosfera por Unesco.
Ideal para trekking y fotografía, con grandes miradores cercanos al cerro El Yunque, principal cumbre de su ondulante geografía, también podrás gozar de la amabilidad e incontables leyendas que entrega su gente, herederos de los primeros colonos llegados hace un siglo atrás. Aquí podrás bucear en una de las áreas con mejor visibilidad de Chile, sobre los 20 metros, con abundante fauna marina y juguetones lobos marinos. Disfruta alguno de los sabrosísimos platos típicos con productos del mar como langostas , cangrejos dorados y los pescados clásicos de esta isla: vidriola y breca.
La isla es para recorrerla a pie. No hay rutas para automóviles que permitan conocer hermosos parajes como el rebaje La Piña, Puerto Inglés, Puerto Francés, El Arenal o Los Ramplones. Es necesario hacer estos recorridos con un guía, pero si prefieres ir solo avisa siempre de tus salidas a Conaf.
Como curiosidad, no hay cajeros automáticos ni bancos en la isla por lo que hay que ir con dinero en efectivo. Tampoco son aceptadas las tarjetas de crédito.
En la isla encontrarás un único poblado llamado San Juan Bautista con 500 habitantes y en vías de recuperación luego de ser azotado por un tsunami (2010). Es la capital de un verdadero tesoro, no sólo por el que buscan exploradores internacionales, que fue enterrado secretamente por Lord Anson a mediados del siglo XVIII, sino por uno más cercano y tangible: su gente y naturaleza. Declarado Parque Nacional y Reserva de la Biosfera por Unesco.
Ideal para trekking y fotografía, con grandes miradores cercanos al cerro El Yunque, principal cumbre de su ondulante geografía, también podrás gozar de la amabilidad e incontables leyendas que entrega su gente, herederos de los primeros colonos llegados hace un siglo atrás. Aquí podrás bucear en una de las áreas con mejor visibilidad de Chile, sobre los 20 metros, con abundante fauna marina y juguetones lobos marinos. Disfruta alguno de los sabrosísimos platos típicos con productos del mar como langostas , cangrejos dorados y los pescados clásicos de esta isla: vidriola y breca.
La isla es para recorrerla a pie. No hay rutas para automóviles que permitan conocer hermosos parajes como el rebaje La Piña, Puerto Inglés, Puerto Francés, El Arenal o Los Ramplones. Es necesario hacer estos recorridos con un guía, pero si prefieres ir solo avisa siempre de tus salidas a Conaf.
Como curiosidad, no hay cajeros automáticos ni bancos en la isla por lo que hay que ir con dinero en efectivo. Tampoco son aceptadas las tarjetas de crédito.
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